Excursión a: LA ROCA FORADADA EL 3 DE MARZO DEL 2016.

La Foradada | Cantonigròs

La Roca Foradada es de esos pequeños rincones de postal donde todo parece puesto para impresionar al visitante. Situados en medio de un anfiteatro de altas paredes nos encontramos al frente de una delicada cascada y una gran poza, que en verano invita al baño.

En medio del arroyo de las Pozas encontramos la roca Foradada, un lugar sorprendente y con un aire mágico que encantará a los más pequeños. Se trata de una poza bordeado de roca, que debe su nombre al agujero que tiene una de las paredes. La excursión que lleva es ideal para hacer con niños: es corta (una media hora de ida y unos tres cuartos de vuelta) y sin ninguna dificultad técnica, a excepción de la última parte, con una pronunciada pendiente, donde hay que ir cuidado con los resbalones.

El recorrido presenta un paisaje variado y con mucha vegetación. Pequeños y mayores pueden jugar a reconocer alcornoques, robles, castaños y, junto al río, diferentes especies de árboles de ribera.

Comenzamos la ruta en el mismo pueblo de Cantonigròs, concretamente junto al campo de fútbol. Desde detrás del campo sale un camino ancho que hace una suave bajada. Seguimos las señales del GR-151 hasta que éste gira a la izquierda. No hacemos caso de este primer cruce y seguimos camino abajo. Unos metros más adelante encontramos el GR y lo seguimos a la derecha. Poco después llegamos a un cruce y dejamos el GR que continúa hacia el pueblo de Santa Maria de Corcó y bajamos a la derecha (siguiendo una señal que así lo indica) por un sendero estrecho y pedregoso que baja hacia la cascada del Socavón. Es en este último tramo donde hay que tener cuidado con los pequeños, ya que el camino es estrecho, húmedo y hace bajada. De todos modos, en los tramos más peligrosos hay barandillas donde agarrarse

se. Finalmente, escondido entre la frondosa vegetación, descubrimos un escenario digno de una película de fantasía. El agua, que cae en una poza desde una altura de 15 metros, está rodeada de grandes paredes de piedra. En verano es un lugar sombreado y recogido que, sin duda, invita al baño.

Si no hay mucha gente disfruta de la sensación de haber descubierto un lugar mágico. Descansamos un rato y cogemos fuerzas para la vuelta ... que ahora es cuesta!